jueves, abril 27, 2006

A mi bola

Aunque cueste creerlo o suene pasteloso, aquí un servidor anda siempre con la preocupación y el objetivo de ser una buena persona. Aunque muchas veces se me olvide.

Y entre uno de mis muchos fracasos en semejante empresa está el de no ser atento con los que me rodean. Al final mi día a día me acaba absorbiendo, y voy con mis rollos en la cabeza y se me van todas las otras cosas... Es lo que mi mujer resume con la frase Tú vas a tu bola. Y tiene razón.

Se me olvida hacer una llamadita simplemente a preguntar qué tal vas o por aquí todo bien. Se me olvida llamar para decir que mañana me voy de viaje y que ya he vuelto. Se me olvida preguntar qué tal aquel asunto que llevabas entre manos. Se me olvida que te operaban hoy. Se me olvida que me encargaste aquello. Se me olvida que eso que te pregunto ya me lo habías contado. Se me olvida...

Y me carcome, porque es una manera de fallar a la gente a la que aprecio.

Y yo lo intento, pero no encuentro la manera, porque repetírmelo y proponérmelo ya veo que no funciona.