En la isla de Georgia del Sur, en el círculo polar antártico, yace Shackleton. Él fue el primer hombre en intentar cruzar el Polo Sur. No lo consiguió.En su lápida reza la siguiente inscripción:Un hombre debe estar dispuesto a luchar por lo que más desea en la vida.Dicen que su lema era:Luchar, buscar, hallar y no rendirse jamás.Amén.
Dos enseñanzas de aquel día:Quizá el inicio del camino no fuera alentador.
Frío, niebla, silencio... Pero como siempre, el miedo a todos los grandes
peligros del camino fue más producto de la imaginación (y de sentir que no
hay nadie a quien pedir ayuda) que de la propia realidad.
En un momento dado no pudimos seguir el rastro que
indicaba el camino correcto. Y nos perdimos. Y cometimos un grave error:
continuamos avanzando aun cuando hacía tiempo que no divisábamos las señales que
debían guiarnos. Hasta que por fin caímos que lo mejor sería regresar hasta la
última señal y retomar el viaje desde allí.
Hay personas por las que no puedo dejar de sentir una admiración especial. Parece que nacieron con el don de ser personas ejemplares.Una de ellas es la Dra. B. La conozco hace apenas 3 años y la he visto en muy pocas ocasiones. Y siempre me ha dejado huella. Por su manera de contarte sus cosas. Por su manera de interesarse por las mías. Por su manera de aconsejar dando justo en el centro de la diana y teniendo la sensación de que no se entromete ni un milímetro. Por su generosidad. Por su manera de comportarse ante cada situación, sea banal y cotidiana o trascendental. Y sobre todo por su manera de afrontar las dificultades. Con sentido común, tranquilidad, valentía, orgullo, fuerza.Ayer, tras apenas haber cruzado un par de palabras en los últimos dos años, la primera frase que me dijo fue justo para ayudarme con aquello que lleva un par de meses (y aún estará unos cuantos más) perturbando mi paz interior.Un placer haberla conocido Dra. B., gracias por todo y a ver si nos vemos pronto. Y si la montaña no va a Mahoma, ya volveremos a cruzar el mundo para ir a visitarla de nuevo.
