Y casi sin darnos cuenta...
Cuatro años, cuatro.
No sé si son muchos, por todo lo vivido, o pocos, por todo lo que está por venir.
Son innumerables los momentos especiales, los recuerdos imborrables. En realidad creo que todo de estos últimos cuatro años ha ido asociado a ti. De una manera o de otra siempre eras parte de todo. Aunque fuera simplemente dándole sentido, o inspirandome el camino.
Y me sobran dedos de la mano para contar los días que lo he pasado mal. Eres una bendición del cielo, que no inventa problemas cuando no los hay. Y que los diluye cuando aparecen.
Se me hace difícil recordar cuál era el rumbo antes de que lo marcaras tú. Dónde estaba el secreto de la fecilidad. Qué había en ese hueco que tú llenaste.
Por otros cuatro años. O cuatro décadas. O cuatro siglos. Para decirlo un poco más poético, plagiaré a los Ratones Paranoicos.
Quisiera que esto dure para siempre,
casi tanto como una eternidad.
No sé si son muchos, por todo lo vivido, o pocos, por todo lo que está por venir.
Son innumerables los momentos especiales, los recuerdos imborrables. En realidad creo que todo de estos últimos cuatro años ha ido asociado a ti. De una manera o de otra siempre eras parte de todo. Aunque fuera simplemente dándole sentido, o inspirandome el camino.
Y me sobran dedos de la mano para contar los días que lo he pasado mal. Eres una bendición del cielo, que no inventa problemas cuando no los hay. Y que los diluye cuando aparecen.
Se me hace difícil recordar cuál era el rumbo antes de que lo marcaras tú. Dónde estaba el secreto de la fecilidad. Qué había en ese hueco que tú llenaste.
Por otros cuatro años. O cuatro décadas. O cuatro siglos. Para decirlo un poco más poético, plagiaré a los Ratones Paranoicos.
Quisiera que esto dure para siempre,
casi tanto como una eternidad.